Frases-de-reconocimiento ( 77 )
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Piensa el ladrón, que todos son de su condición.
Sentir antes de comprender.
¿quieres dejar de pertenecer al número de los esclavos? rompe tus cadenas y desecha de ti todo temor y todo despecho.
Nada necesita tanto una reforma como las costumbres ajenas.
El orden es el placer de la razón pero el desorden es la delicia de la imaginación.
Me gustarÃa ser valiente. Mi dentista asegura que no lo soy.
El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria.
Solo el que manda con amor es servido con lealtad.
Al perro que tiene dinero se le llama señor perro.
Aquel que más posee, más miedo tiene de perderlo.
A los tÃmidos y a los indecisos todo les resulta imposible, porque asà se lo parece.
La falsedad es tan antigua como el árbol del edén.
El instinto dicta el deber y la inteligencia da pretextos para eludirlo.
Es más fácil hacer leyes que gobernar.
Ninguno ama a su patria porque es grande, sino porque es suya.
Cualquier mujer que aspire a comportarse como un hombre seguro que carece de ambición.
Si quieres comprender la palabra felicidad, tienes que entenderla como recompensa y no como fin.
Aunque la verdad de los hechos resplandezca, siempre se batirán los hombres en la trinchera sutil de las interpretaciones.
Las revoluciones las hacen los hombres de carne y hueso y no los santos y todas acaban por crear una nueva casta privilegiada.
Cada vez que las facultades humanes alcanzan su plenitud, necesariamente se expresan mediante el arte.
Sabio es aquel que constantemente se maravilla.
La necesidad ha hecho aparearse a quienes no pueden existir el uno sin el otro, como son el varón y la mujer.
No importa que las mujeres nos fastidien; lo que no soportamos es que nos fastidie siempre la misma.
El que escucha música siente que su soledad, de repente, se puebla.
Protegedme de la sabidurÃa que no llora, de la filosofÃa que no rÃe y de la grandeza que no se inclina ante los niños.
Existen tres clases de inteligencia: la inteligencia humana, la inteligencia animal y la inteligencia militar.
Quien tiene la voluntad tiene la fuerza.
Los fanatismos que más debemos temer son aquellos que pueden confundirse con la tolerancia.
El cambio de moda es el impuesto que la industria del pobre carga sobre la vanidad del rico.
El talento es algo bastante corriente. No escasea la inteligencia, sino la constancia.
Lo que hace tan agudo el dolor de los celos es que la vanidad no puede ayudar a soportarlo.
Las promesas son olvidadas por los prÃncipes, nunca por el pueblo.
Lo único malo de los hombres es que no los tengo siempre cerca de mi.
Lo que con mucho trabajo se adquiere, más se ama.
La esperanza es un emprésito que se le hace a la felicidad.
Toda ciencia viene del dolor. El dolor busca siempre la causa de las cosas, mientras que el bienestar se inclina a estar quieto y a no volver la mirada atrás.
Cuando se trata de dinero todos son de la misma religión.
La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano.
La superstición trae mala suerte.
El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres.
