Frases de miedo al amor ( 228 )
Frases de miedo al amor. Encuentra docenas de frases de miedo al amor con fotos para copiar y compartir.

El que es celoso, no es nunca celoso por lo que ve; con lo que se imagina basta.

Poca fe se otorga a los que tienen poca fe.

La alegría, cuanto más se gasta, más se queda.

El bien de la humanidad debe consistir en que cada uno goce al máximo de la felicidad que pueda, sin disminuir la felicidad de los demás.

Los vuelos naturales del espíritu humano no van de placer a placer sino de una esperanza a otra.

La esperanza no es ni realidad ni quimera. Es como los caminos de la Tierra: sobre la Tierra no había caminos; han sido hechos por el gran número de transeúntes.

Si exagerásemos nuestras alegrías, como hacemos con nuestras penas, nuestros problemas perderían importancia.

En el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio.

Hay quien ha venido al mundo para enamorarse de una sola mujer y, consecuentemente, no es probable que tropiece con ella.

Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias.

La mujer perdona las infidelidades, pero no las olvida. El hombre olvida las infidelidades, pero no las perdona.

Ver es creer, pero sentir es estar seguro.

Yo, como don Quijote, me invento pasiones para ejercitarme.

Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.

Quien en zarzas y amores se metiere, entrará cuando quiera, mas no saldrá cuando quisiere.

Ojos que no ven, corazón que no siente.

La alegría es la piedra filosofal que todo lo convierte en oro.

Nos hemos de liberar de la falsa idea de que la fe ya no tiene nada que decir a los hombres de hoy.

En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente.

Mucho se descubre en su rostro el temeroso.

Si eres feliz, escóndete. No se puede andar cargado de joyas por un barrio de mendigos. No se puede pasear una felicidad como la tuya por un mundo de desgraciados.

Hemos de proceder de tal manera que no nos sonrojemos ante nosotros mismos.

Las pasiones son como los vientos, que son necesarios para dar movimiento a todo, aunque a menudo sean causa de huracanes.

Tanto más fatiga el bien deseado cuanto más cerca está la esperanza de poseerlo.

El beso es una forma de diálogo.

Ama a una nube, ama a una mujer, pero ama.

Amar es vivir en aquellos que se ama.

Todas las pasiones son buenas mientras uno es dueño de ellas, y todas son malas cuando nos esclavizan.

Quien se venga después de la victoria es indigno de vencer.

La felicidad no está en la ciencia, sino en la adquisición de la ciencia.

Estoy herido de mi felicidad; han de curarme todos los que sufren.

El hombre que ha perdido la aptitud de borrar sus odios está viejo, irreparablemente.

¡La felicidad! No existe palabra con más acepciones; cada uno la entiende a su manera.

Pedir celos es despertar a alguien que está durmiendo.

La envidia es el gusano roedor del mérito y de la gloria.

En los principios amorosos los desengaños prestos suelen ser remedios calificados.

Los amores mueren de hastío, y el olvido los entierra.

Cuando se es feliz, queda mucho por hacer: consolar a los demás.

Hay que juzgar los sentimientos por los actos, más que por las palabras.

Nada pesa tanto como el corazón cuando está cansado.