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La fuerza de las mujeres depende de que la psicología no puede explicarla. Los hombres pueden ser analizados; las mujeres solo pueden ser amadas.
Las mujeres lo negaran o lo aceptaran, pero lo que siempre quieren es que se lo pidamos.
¿existe el infierno?. ¿existe dios?. ¿resucitaremos después de la muerte?. Ah, no olvidemos lo más importante: ¿habrá mujeres allí?.
Yo soy cada día más partidario de las mujeres.
Más hermosa que todas las mujeres posibles (y esto basta para definirla).
No importa que las mujeres nos fastidien; lo que no soportamos es que nos fastidie siempre la misma.
Por lo general las mujeres de ensueño son una ilusión óptica.
Si quieres que te sigan las mujeres, ponte delante.
Lo que defiende a las mujeres es que piensan que todos los hombres son iguales, mientras que lo que pierde a los hombres es que piensan que todas las mujeres son diferentes.
Los hombres viven del olvido; las mujeres, de recuerdos.
Cuanto más conozco a los hombres, menos los quiero; si pudiese decir otro tanto de las mujeres me iría mucho mejor.
Las mujeres comunes saben más de hombres que las mujeres hermosas. Pero las mujeres hermosas no necesitan saber de hombres, son los hombres los que tienen que saber de mujeres hermosas.
Las mujeres no miden jamás los sacrificios; ni los suyos, ni los de los demás.
Se dice que las mujeres son vanidosas por naturaleza; es cierto, pero les queda bien y por eso mismo nos agradan más.
En ningún momento he dudado que las mujeres son tontas. Al fin y al cabo el Todopoderoso las creó a imagen y semejanza de los hombres.
Yo creo en las familias numerosas: toda mujer debería tener al menos tres maridos.
Las mujeres son como los caballos: hay que hablarles antes de ponerles las bridas.
Solo las mujeres y los médicos saben cuán necesaria y bienhechora es la mentira.
Imperfecto como soy, comencé con hombres y mujeres imperfectos, por un océano sin rutas.
Los solteros saben más acerca de las mujeres que los casados; si no fuese así, ellos también lo estarían.
Es cierto que el amor conserva la belleza y que la cara de las mujeres se nutre de caricias, lo mismo que las abejas se nutren de miel.
En las mujeres, el instinto equivale a la perspicacia de los grandes hombres.
Las mujeres cuanto mas masa tengan, mas atractivas son.
Los maridos no son nunca amantes tan maravillosos como cuando están traicionando a su mujer.
Las mujeres desconfían de los hombres en general, y muy poco en particular.
Lo que hace que la mayoría de las mujeres sean tan poco sensibles a la amistad es que la encuentran insípida luego de haber probado el gusto del amor.
La mujer no existe. Solo hay mujeres cuyos tipos varían al infinito.
Todas las mujeres deberían casarse; los hombres, no.
A las mujeres les está bien llorar, a los hombres recordar.
Los curas se consuelan de no haberse casado cuando oyen las confesiones de las mujeres.
Las mujeres son como las corbatas: de lejos son bonitas e inofensivas, pero terminan ahorcando al hombre.
La mayoría de las mujeres se empeñan en cambiar a un hombre, y cuando lo han conseguido ya no les gusta.
Las mujeres y la música nunca deben tener fecha.
El peor enemigo de las mujeres es su abnegación.
Los mejores amigos de las mujeres son los diamantes.
Rara vez se equivoca quien piensa de las mujeres lo peor que puede.
Los hombres y las mujeres se mezclan tan bien como el aceite y el agua. Por eso hay que estar agitándolos constantemente.
Si alguna de vuestras mujeres ha cometido adulterio, encerradla en vuestra casa hasta que la muerte haya puesto fin a sus días.
Las mujeres necias siguen la moda, las pretenciosas la exageran; pero las mujeres de buen gusto pactan con ella.
La intuición es frecuentemente superior a la razón. Hace que las mujeres que razonamos mal adivinemos cosas incomprensibles para los hombres que razonan bien.