Chistes para animar a una amiga ( 59 )
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Para el escritor hay una cuestión de honor intelectual en no escribir nada susceptible de prueba, sin poseer antes ésta.

El verdadero progreso social no consiste en aumentar las necesidades, sino en reducirlas voluntariamente; pero para eso hace falta ser humildes.

No me importa que la gente mire sus relojes cuando estoy hablando pero es excesivo que además los sacudan para asegurarse de que andan.

Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.

Cuando el trabajo no constituye una diversión, hay que trabajar lo indecible para divertirse.

¿No es la vida cien veces demasiado breve para aburrirnos?
Cabello Al Aire
Cabello al aire, del que surge un ala
de flor; sierpe rampante,
cabeza de culebra ante el espejo;
maternales ramas de la vida
que despierta, entre ruinas, el momento
de la restauraciÃ...

A vosotros (polÃticos) os hemos formado en interés del Estado tanto como en el propio vuestro, para que seáis en nuestra República nuestros jefes y vuestros reyes.

El hombre que tiene miedo sin peligro, inventa el peligro para justificar su miedo.

Mucha gente cree que discrepa de los demás y lo que pasa es que no tienen valor para hablar unos con otros.
Dama
Esta dama sin cara ni camisa,
alta de cuello, suave de cintura,
tiene todo el temblor de la hermosura
que el tiempo oculta y el amor desliza.
Esta dama que viene de la brisa
y el rango lleva de ...

No puedes hacer una revolución para tener la democracia. Debes tener la democracia para hacer una revolución.

El que renuncia a un derecho solamente se quita de en medio para poder gozar del mismo sin impedimento de su parte.

Autoevidente: evidente para uno mismo, pero no para los demás.

He hecho esta carta más larga de lo usual porque no tengo tiempo para hacer una más corta.

La paz es para el mundo lo que la levadura para la masa.

La ciencia que sirve para hacernos orgullosos y que degenera en pedanterÃa no vale mas que para deshonrarnos.

Faltan palabras a la lengua para los sentimientos del alma.

Las fuerzas que se asocian para el bien no se suman, se multiplican.

El secreto para vivir en paz con todos consiste en el arte de comprender a cada uno según su individualidad.

No hay que morir por el otro, sino vivir para disfrutar juntos.

Todas las cosas buenas de este mundo no son buenas más que por el uso que hacemos de ellas; y que las disfrutamos tanto cuando nos sirven como cuando las juntamos para dárselas a otros, pero no más...

Para los que no tenemos religión, nuestro Dios es el trabajo.
He Cometido El Peor de Los Pecados...
He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.
Mi...

Para tener éxito debemos hacer todo lo posible por parecer exitosos.

La burocracia en los paÃses latinos parece que se ha establecido para vejar al público

Es tan difÃcil verse a uno mismo como mirar para atrás sin volverse.

La vida no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla.
Estoy Contigo
Estoy contigo.
Pero por encima de tu hombro
me dice adiós tu mano que se aleja.
Entonces yo contengo mi mano
para que no nos traicione ella también.
E insisto:
estoy contigo.
Los in...

El hombre actual ha nacido o bien para vivir entre las convulsiones de la inquietud, o bien en el letargo del aburrimiento.

De vez en cuando di la verdad para que te crean cuando mientes.

El hombre se hace civilizado no en proporción a su disposición para creer, sino en proporción a su facilidad para dudar.

Yo no cito a otros más que para expresar mejor mi pensamiento.

Dios es para los hombres y la religión para las mujeres.

Para saber hablar es preciso saber escuchar.

Se viaja no para buscar el destino sino para huir de donde se parte.

Para conseguir la más pequeña fortuna, vale más decir cuatro palabras a la querida de un rey que escribir cien volúmenes.

Valor es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero también es lo que se requiere para sentarse y escuchar.

Nunca llegamos a hacernos a la idea de que contamos menos para los demás de lo que ellos cuentan para nosotros.
Esperar La Ausencia
Estar en la noche
esperando una visita,
o no esperando nada
y ver cómo el sillón lentamente
va avanzando hasta alejarse de la lámpara.
Sentirse más adherido a la madera
mient...