De la cabeza al cielo. Encuentra docenas de de la cabeza al cielo con fotos para copiar y compartir.
Si sumas todas las estrellas del cielo, todos los granitos de arena en los océanos, todas las rosas en el mundo y todas las sonrisas que haya habido en la historia del mundo, empezarás a tener una i...
Casamiento y mortaja, del cielo baja.
El verdadero paraíso no esta en el cielo, sino en la boca de la mujer amada.
Dos cosas llenan el animo de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes, cuanto con mas frecuencia y aplicación se ocupa de ellas la reflexión: el cielo estrellado sobre mi y la ley moral en...
Yo tengo, para ti, todo lo noble que cielo, tierra y corazón abarcan; el calor de los soles, ¡de los soles que, como yo, te aman!.
Ni siquiera la gente que quiere ir al cielo quiere morir para llegar ahí.
Cuando se tiene la "cabeza a pájaros" hay que andarse con "pies de plomo".
Ponga un pez en la tierra y él recordará el océano hasta el día de su muerte. Coloque un pájaro en una jaula, y aún así, el pájaro nunca se olvidará del cielo.
Creo que si miráramos siempre al cielo, acabaríamos por tener alas.
Nunca, como al morir un ser querido, necesitamos creer que hay un cielo.
El cuerpo canta; la sangre aúlla; la tierra charla; la mar murmura; el cielo calla y el hombre escucha.
Es el crepúsculo, cayendo sobre mi casa el fuego del cielo.
Aquel que ha tocado el cielo con las manos… ¿cuánto medía?.
El que levanta demasiado la cabeza, no ve dónde pisa.
Encontraremos paz. Escucharemos ángeles. Veremos el cielo centelleando con diamantes.
El infierno está lleno de buenos deseos y el cielo de buenas obras.
La idea de que en el cielo hay una mayor igualdad de clases es lo que, en el fondo, l0 hace tan agradable a los ojos de los pobres.
Tenemos un Cielo tan piadoso, que no envía el daño sin el remedio.
Es propio de hombres de cabezas medianas embestir contra todo aquello que no les cabe en la cabeza.
Volveré sobre las aguas del cielo.
Hay más cosas en el cielo y en la tierra, que todas las que pueda soñar tu filosofía.
No busques fuera de ti, el cielo está adentro.
La patria es dicha, dolor y cielo de todos y no feudo ni capellanía de nadie.
Todos vivimos bajo el mismo cielo, pero ninguno tiene el mismo horizonte.
Quien no tiene cabeza, ha de tener pies.
Bares en los que la calma y la cerveza salvan nuestra vida, y mi cabeza soñando estar bajo tu ropa.
Nadie pudo ver el cielo sin elevar la mirada.
Horizonte claro con cielo nublado, buen tiempo declarado.
Que el cielo exista, aunque nuestro lugar sea el infierno.
Ahora tenés tiempo y tenés tiempo y recordame. No me perdás en tu cabeza.
Antes de negar con la cabeza, asegúrate de que la tienes.
Y de nuevo voy cogiendo brazados de palabras entre la hierba fresca y bajo el cielo.
Persiguiendo los restos de un sueño, el cielo clarea hace fresco.
Seamos ese pedazo de cielo, ese trozo en que pasa la aventura misteriosa, la aventura del planeta que estalla en pétalos de sueño.
El camino del cielo es empinado, y el del infierno llano.
La luna olvidada espera en la ventana del cielo abierta a la tarde.
Cuanto más grande la cabeza, más fuerte la jaqueca.
Hay quien tiene cabeza pero no tiene gorra para ponerse, y hay quien tiene gorra pero no tiene cabeza.
Un hombre joven que no es un socialista no ha conseguido un corazón; un viejo hombre que es un socialista no ha conseguido una cabeza.
El Cielo junta desiguales extremos.