Frases-de-reconocimiento ( 27 )
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Yo soy siempre fiel al sistema liberal y justo que proclamó mi patria.

Asume una virtud si no la tienes

Si no queréis trabajar, necesitáis trabajar para ganar suficiente dinero para no trabajar más.

Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas.

Cuando se exagera un sentimiento, desaparece la capacidad de razonar.

La ley no ha sido establecida por el ingenio de los hombres, ni por el mandamiento de los pueblos, sino que es algo eterno que rige el Universo con la sabiduría del imperar y del prohibir.

La necesidad es un obstáculo indestructible; todo lo que sobre ella se lanza se estrella.

¿Uno que no sepa gobernarse a sí mismo, cómo sabrá gobernar a los demás?.

Cien veces al día burlamos nuestros propios defectos censurándolos en los demás.

Casi nadie repara por sí mismo en el mérito de otro.

La facultad del oído es una cosa sensible: muy pronto se sacia y al poco tiempo se cansa y aburre.

Todos desean vuestro bien. No dejéis que os lo quiten.

Todas las cosas son imposibles, mientras lo parecen.

Aquel que gobierna por medio de su excelencia moral puede compararse a la estrella polar, que permanece en su sitio en tanto todas las demás estrellas se inclinan ante ella.

Es absolutamente imposible demostrarlo todo.

Nadie recordaría al buen samaritano, si además de buenas intenciones no hubiera tenido dinero.

La sociedad está dividida en dos grandes clases: la de los que tienen más comida que apetito y la de los que tienen más apetito que comida.

La existencia está tejida de un material de mala calidad que se encoge con el uso.

Perder el dinero es a menudo un delito; adquirirlo por malas artes es aún peor, y malgastarlo es lo peor de todo.

El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan.

La única ventaja de jugar con fuego es que aprende uno a no quemarse.

No creo en una vida más allá, pero, por si acaso, me he cambiado de ropa interior.

El odio es la cólera de los débiles.

Donde hay concordia siempre hay victoria.

Al utilizar por primera vez este tipo de armas nos alineamos con los bárbaros de las primeras edades.

Procurando lo mejor estropeamos a menudo lo que está bien.

La multitud no envejece ni adquiere sabiduría: siempre permanece en la infancia.

La belleza se define como la manifestación sensible de la idea.

Los perros solo ladran a quienes no conocen.

Que ni una palabra ni una mirada obscena manchen la casa en donde haya un niño.

A falta de pan buenas son tortas.

Ningún conocimiento humano puede ir más allá de su experiencia.

Es rey quien nada teme, es rey quien nada desea; y todos podemos darnos ese reino.

La ley de la sociedad es cada uno para todos y todos para cada uno.

La religión es el conocimiento de todos nuestros deberes como mandamientos divinos.

Para la mayoría de los hombres, la experiencia es como las luces de popa de un barco, que iluminan solo el camino que queda a la espalda.

El hombre tiene mil planes para sí mismo. El azar, solo uno para cada uno.

Bien sé que las mujeres aman, por lo regular, a quienes lo merecen menos. Es que las mujeres prefieren hacer limosnas a dar premios.

Olvidemos lo que ya sucedió, pues puede lamentarse, pero no rehacerse.

El que no es bello a los veinte, ni fuerte a los treinta, ni rico a los cuarenta, ni sabio a los cincuenta, nunca será ni bello, ni fuerte, ni rico, ni sabio.