Frases-hermosas-para una mujer ( 27 )
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La ambición suele llevar a los hombres a ejecutar los menesteres más viles: por eso para trepar se adopta la misma postura que para arrastrarse.

El primer mérito de un cuadro es ser una fiesta para la vista.

La mujer en el paraíso perdido, mordió el fruto del árbol de la ciencia diez minutos antes que el hombre; y ha mantenido después siempre estos diez minutos de ventaja.

Para ser un hombre de estado, primero debes ser elegido.

El único error de dios fue no haber dotado al hombre de dos vidas: una para ensayar y otra para actuar.

Pues el pájaro cantor jamás se para a cantar en árbol que no da flor.

Ciertos libros parecen haber sido escritos no para aprender de ellos sino para que se reconozca lo que sabía su autor.

El requisito definitivo para la grandeza de un artista es su propia muerte.

Los Estados, para la diplomacia, no son los pueblos, sino los reyes que los dirigen o los esclavizan.

La mujer sabía edifica su casa; más la necia con sus manos la derriba.

No hay viento favorable para el que no sabe donde va.

Nada es más nocivo para la creatividad que el furor de la inspiración.

El arte no es algo que se pueda tomar y dejar. Es necessario para vivir.

Una mujer es como un puro: hay que encenderla a menudo.

Confesamos nuestros pequeños defectos para persuadirnos de que no tenemos otros mayores.

Todo delito que no se convierte en escándalo no existe para la sociedad.

Nunca es tarde para bien hacer; haz hoy lo que no hiciste ayer.

Yo defendería la ley, aunque no fuera más que para protegerme de mi mismo.
Creo que las mujeres sostienen el mundo en vilo, para que no se desbarate mientras los hombres tratan de empujar la historia. Al final, uno se pregunta cuál de las dos cosas será la menos sensata.

La única educación eterna es esta: estar lo bastante seguro de una cosa para decírsela a un niño.

Primera muestra de una auténtica vocación política lo es, en todo tiempo, que un hombre renuncie desde el principio a exigir aquello que es inalcanzable para él.

Todos poseemos suficiente fortaleza para soportar la desdicha ajena.

Ama a una nube, ama a una mujer, pero ama.

El silencio es el partido más seguro para el que desconfía de sí mismo.

La guerra es la obra de arte de los militares, la coronación de su formación, el broche dorado de su profesión. No han sido creados para brillar en la paz.

Los grandes espíritus son como las nubes: recogen para derramarse.

El trabajo es un título natural para la propiedad del fruto del mismo, y la legislación que no respete ese principio es intrínsecamente injusta.

La discriminación de los negros está presente en cada momento de sus vidas para recordarles que la inferioridad es una mentira que solo acepta como verdadera la sociedad que los domina.

Para hacerse una posición en el mundo, es preciso hacer todo lo posible para hacer creer que ya se tiene.

Niña y muchacha y joven ya mujer, tú todas, colman mi corazón, y en paz las amo.

¿Para qué es oro el tiempo más que para verlo pasar acariciándolo?

Cada mujer que pasa frente a uno sin detenerse es una historia de amor que no se concretara nunca.

El secreto de la existencia no consiste solamente en vivir, sino en saber para que se vive.

Debemos buscar para nuestros males otra causa que no sea Dios.

Para el hombre dichoso todos los países son su patria.

Los tres deberes fundamentales de la mujer son ser bonita, ir bien vestida y no contradecir.

Trabaja en impedir delitos para no necesitar castigos.

La fortuna no está hecha para los sillones: para alcanzarla, antes que mantenerse bien sentado hay que correr tras ella.

Para que triunfe el mal, solo es necesario que los buenos no hagan nada.

Creo en la vida eterna en este mundo, hay momentos en que el tiempo se detiene de repente para dar lugar a la eternidad.