Frases-positivas-cortas
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Qué desagradable resulta caerle bien a la gente que te cae mal.
Debemos obrar como hombres de pensamiento; debemos pensar como hombres de acción.
No hay peor sordo que el que no puede oír; pero hay otro peor, aquél que por una oreja le entra y por otra se le va.
La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar.
Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar.
Estudia las frases que parecen ciertas y ponlas en duda.
¡Qué pequeña eres, brizna de hierba! sí, pero tengo toda la tierra a mis pies.
Cuando la tiranía se derrumba procuremos no darle tiempo para que se levante.
Los grandes conocimientos engendran las grandes dudas.
El ajedrez es un juego útil y honesto, indispensable en la educación de la juventud.
El placer es el bien primero. Es el comienzo de toda preferencia y de toda aversión. Es la ausencia del dolor en el cuerpo y la inquietud en el alma.
Si nunca has tenido un gran éxito, no sabes lo que vales; el éxito es la piedra de toque de los caracteres.
Un problema deja de serlo si no tiene solución.
La soledad es una gran fuerza que preserva de muchos peligros.
En el análisis psicológico de las grandes traiciones encontraréis siempre la mentecatez de Judas Iscariote.
Si no te ha sorprendido nada extraño durante el día, es que no ha habido día.
A veces una broma, una anécdota, un momento insignificante, nos pintan mejor a un hombre ilustre, que las mayores proezas o las batallas más sangrientas.
Si dudo, si me alucino, vivo. Si me engaño, existo. ¿Cómo engañarme al afirmar que existo, si tengo que existir para engañarme?
Darse no tiene sentido más que si uno se posee.
Los desposeídos tienen un mundo que ganar.
Claro que el café es un veneno lento; hace cuarenta años que lo bebo.
No existe el hombre que haya podido descubrir el medio de dar un consejo de amigo a una mujer, ni siquiera a la suya.
La máxima especialización equivale a la máxima incultura.
Hay algo tan necesario como el pan de cada día, y es la paz de cada día. La paz sin la cual el pan es amargo.
Prefiero los errores del entusiasmo a la indiferencia de la sabiduría.
El sufrir merece respeto, el someterse es despreciable.
¡arriba, haragán!¡no desperdicies la vida!ya dormirás bastante en la sepultura.
Nadie es más solitario que aquél que nunca ha recibido una carta.
Vigilando, laborando y meditando, todas las cosas prosperan.
Cada uno de nosotros tiene a todos como mortales menos a sí mismo.
El caer no ha de quitar la gloria del haber subido.
Quien discute sobre si se puede matar a la propia madre no merece argumentos sino azotes.
La gente no busca razones para hacer lo que quiere hacer, busca excusas.
Si las acciones humanas pueden ser nobles, vergonzosas o indiferentes, lo mismo ocurre con los placeres correspondientes. Hay placeres que derivan de actividades nobles, y otros de vergonzoso origen.
La desigualdad es el origen de todos los movimientos locales.
A quien dices el secreto das tu libertad.
La ocasión hace al ladrón.
Al comprar una casa piensa en el vecino que adquirirás con ella.
Ciertos hombres tienen el talento de ver mucho en todo. Pero les cabe la desgracia de ver todo lo que no hay, y nada de lo que hay.
¿qué ganarías con injuriar a una piedra que es incapaz de oírte?. Pues bien, imita a la piedra y no oigas las injurias que te dirijan tus enemigos.
