Frases de placeres prohibidos
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Si las acciones humanas pueden ser nobles, vergonzosas o indiferentes, lo mismo ocurre con los placeres correspondientes. Hay placeres que derivan de actividades nobles, y otros de vergonzoso origen.
Disfrutar de todos los placeres es insensato; evitarlos, insensible.
Los placeres son como los alimentos: los más simples son aquellos que menos cansan.
Los placeres raros son los que más nos deleitan.
Cambia de placeres, pero no cambies de amigos.
Juzgamos mejores que los placeres muchos dolores porque se consigue para nosotros un placer mayor.
Pero para los musulmanes, todo lo que no tienen en la tierra es lo que reciben en el cielo. Pueden beber, pueden tener relaciones sexuales. Todos los placeres prohibidos en la tierra, se puede tener e...
Placeres pecaminosos y prohibidos son como el pan envenenado, sino que puede satisfacer el apetito por el momento, pero no hay muerte en ellos al final.
Cuando el hombre ya no encuentra placer en su trabajo y trabaja solo por alcanzar sus placeres lo antes posible, entonces solo será casualidad que no se convierta en delincuente.
Los que no tienen hijos ignoran muchos placeres, pero también se evitan muchos dolores.
Para torturar a un hombre tienes que conocer sus placeres.
Cuando la edad enfría la sangre y los placeres son cosa del pasado, el recuerdo más querido sigue siendo el último, y nuestra evocación más dulce, la del primer beso.
La vejez es mala porque priva al hombre de todos los placeres dejándole los apetitos.
El más rico es aquel cuyos placeres son los más baratos.
Cuanto más nos inclina la naturaleza a los placeres, tanto más propensos somos a la licencia que a la decencia.
La vejez es un tirano que prohíbe, bajo pena de muerte, todos los placeres de la juventud.
Quien no aprecia los placeres de la vida no los merece.
eres señor de cada uno de mis placeres,
y no lucho, no me resisto
¿Para qué, si contigo soy feliz?.
Prefiero pasar por necio o estúpido, con tal de que mis faltas me den placeres o ilusiones, que ser sabio a rabiar.
El hábito convierte los placeres suntuosos en necesidades cotidianas.
Por entre la multitud va la esteta juventud de pensadores vencidos y de eternos soñadores de los frutos prohibidos.
El juego de ponerse límites a sí mismo es uno de los placeres secretos de la vida.
La crueldad es uno de los placeres más antiguos de la humanidad.
Ejemplo funesto, pasión cruelísima, ¡si pudierais dar a conocer mis errores a quienes se encuentran en la misma situación, si las penas que mis placeres criminales me han ocasionado pudieran al me...
No hay placeres en una pelea, pero algunos de mis peleas han sido un placer ganar.
El hombre poderoso en el poder sucumbre; el hombre del dinero, en el dinero; el servil y humilde, en el servicio; el que busca el placer, en los placeres.
Hay dos cosas, oh discípulo, que conviene evitar: Una vida de placeres; eso es bajo y vano. Una vida de mortificaciones; eso es inútil y vano
La pena tiene sus placeres, el peligro tiene sus encantos.
A medida que la lectura se haga más habitual y se difunda más, un número cada vez mayor de personas descubrirá que los libros pueden procurarle todos los placeres de la vida social sin ninguno de ...
¡Placeres crueles! ¡Cuántas lágrimas me habéis costado y cuántos remordimientos han de desgarrar todavía mi alma hasta el postrer instante de mi vida!
Las agonías del remordimiento envenena los pequeños placeres que algunas veces produce el exceso de pena.
Disfruta solo los placeres del momento.
Allí donde la asociación campesina es poderosa, los juegos de azar han sido prohibidos y han desaparecido totalmente, y el bandolerismo se ha eliminado.
La amistad pura sabe de placeres que nunca podrán gozar las almas mediocres
Nuestros órganos son los ministros de nuestros placeres
... cuanto más culto es un individuo, más capaz es de romper todos los frenos, por lo que el hombre culto es más propenso que el inculto a los placeres del libertinaje.
Escoge tus placeres por ti mismo y no dejes que se impongan sobre ti.
Existen, pues, pueblos suficientemente sagaces como para estimar sus placeres más que las insulsas leyes de la población.
Uno de los placeres de leer cartas antiguas está en que no necesitamos contestarlas
Es una ley casi invariable que los placeres más exquisitos son los que más caros se pagan.
