Poemas para la mujer cristiana. Encuentra docenas de poemas para la mujer cristiana con fotos para copiar y compartir.
Gozos, pesares, gozos... Esto es amor. Quien no lo crea, mírese en unos ojos, que se vea en unos ojos de mujer.
Nuestra sociedad es masculina, y hasta que no entre en ella la mujer no será humana.
Todos los hombres tienen una mujer en el pensamiento; los casados, además, tienen otra en casa.
La muerte de una mujer hermosa es pues incuestionablemente el tema más poético del mundo, e igualmente está fuera de duda que los labios más adecuados para ese tema son los del amante en duelo.
Cada hombre lleva un fantasma de mujer, no en la imaginación que entonces sería fácil de expulsarle; sino circulando en su sangre, y cada mujer un fantasma más o menos concreto de hombre.
No hay un espectáculo en la tierra más atractivo que contemplar a una mujer hermosa cocinando para el hombre que ama.
Bello es ver en la llanura una palmera piramidal; más, mujer, en tu hermosura todo es más regio, todo es triunfal!.
Es difícil para una mujer expresar con palabras sus sentimientos cuando las mismas han sido creadas por los hombres para expresar los suyos.
Una mujer que pasa en bicicleta a las dos de la mañana, hermosas piernas morenas bombeando los pedales mientras la brisa le alza el vestido y revela un perfecto milagro de carne femenina en movimient...
La mujer más despreocupada siente una voz interna que le dice: "sé bella si puedes, sé sabia si quieres, pero sobre todo trata de ser estimada: es necesario.
Del mismo modo en que solemos mirar un reloj parado como si aúm andase, también le miramos la cara a una mujer bella como si aún nos amase.
La mujer, está donde le corresponde. Millones de años de evolución no se han equivocado, pues la naturaleza tiene la capacidad de corregir sus propios defectos.
En la mujer, verdaderamente mujer, no hay nada que no esté en relación con su marido, con su hijo o con su amante.
Cualquier mujer que aspire a comportarse como un hombre seguro que carece de ambición.
La necesidad ha hecho aparearse a quienes no pueden existir el uno sin el otro, como son el varón y la mujer.
La mujer tiene un solo camino para superar en méritos al hombre: ser cada día más mujer.
Admiro mucho a la mujer. Me encanta su belleza, su delicadeza, su vivacidad, y su silencio.
¿quién puede bajar los ojos como una mujer? ¿y quien sabe alzarlos como ella?.
Hay solo tres cosas a hacer con una mujer. Se puede amarla, sufrir por ella, o convertirla en literatura.
Una mujer sensible debería ser guiada por su cabeza cuando busque un marido y por su corazón cuando busque un amante.
Quien lleva toda su vida a su mujer sobre la espalda, cuando la deja en el suelo, ella dice: ¡estoy fatigada!.
Puede juzgarse el grado de civilización de un pueblo por la posición social de la mujer.
Hay quien ha venido al mundo para enamorarse de una sola mujer y, consecuentemente, no es probable que tropiece con ella.
La mujer en el paraíso perdido, mordió el fruto del árbol de la ciencia diez minutos antes que el hombre; y ha mantenido después siempre estos diez minutos de ventaja.
Aquí un marido que ama a su mujer es un hombre que no tiene el mérito suficiente para hacerse amar por otra.
Niña y muchacha y joven ya mujer, tú todas, colman mi corazón, y en paz las amo.
Cada mujer que pasa frente a uno sin detenerse es una historia de amor que no se concretara nunca.
Los tres deberes fundamentales de la mujer son ser bonita, ir bien vestida y no contradecir.
La mujer perfecta es un tipo humano superior al varón perfecto, pero también es un ejemplar mucho más raro.
Si hay debajo de la luna cosa que merezca ser estimada y preciada es la mujer buena.
Esta que llaman por ahí Fortuna es una mujer borracha y antojadiza, y sobre todo, ciega, y así no ve lo que hace, ni sabe a quien derriba.
Cuando un hombre se echa atrás, solo retrocede de verdad. Una mujer solo retrocede para coger carrerilla.
A cualquier mujer le gustaría ser fiel. Lo difícil es hallar el hombre a quien serle fiel.
El primero que comparó a la mujer con una flor, fue un poeta; el segundo, un imbécil.
Cualquier mujer que entienda los problemas de llevar una casa está muy cerca de entender los de llevar un país.
Yo creo en las familias numerosas: toda mujer debería tener al menos tres maridos.
Hay pocos lazos de amistad tan fuertes que no puedan ser cortados por un pelo de mujer.
La mujer es como una buena taza de café: la primera vez que se toma, no deja dormir.
Estoy dispuesto a reconocer la superioridad de la mujer con tal de no admitir su igualdad con los hombres.
Un arqueólogo es el mejor marido para una mujer: cuanto mayor se hace ella, más le gusta a él.