Frases pàra los hombres creidos ( 5 )
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La patria no es la tierra. Los hombres que la tierra nutre son la patria.

Aquellas personas que no están dispuestas a pequeñas reformas, no estarán nunca en las filas de los hombres que apuestan a cambios trascendentales.

Cien hombres, juntos, son la centésima parte de un hombre.

Casi todos los hombres ganan al ser conocidos.

La talla de las estatuas disminuye alejándose de ellas; la de los hombres, aproximándose.

Nos hemos de liberar de la falsa idea de que la fe ya no tiene nada que decir a los hombres de hoy.

Uno de los grandes secretos del trato con los hombres consiste, para los inteligentes, en fingir menos inteligencia de la que tiene, y para los tontos, en fingir más.

Imputar la revolución a los hombres es imputar la marea a las olas.

Dios ha muerto. Parece que lo mataron los hombres.

Los hombres son dueños de su propio destino.

Todos los hombres tienen iguales derechos a la libertad, a su prosperidad y a la protección de las leyes.

Tal vez, solo los genios son verdaderos hombres.

Las ideas no son responsables de lo que los hombres hacen de ellas.

Las acciones de los hombres son las mejores intérpretes de sus pensamientos.

Muchos hombres no se equivocan jamás porque no se proponen nada razonable.

No puede esperarse que los hombres sean trasladados del despotismo a la libertad en un lecho de plumas.

Una máquina puede hacer el trabajo de 50 hombres corrientes. Pero no existe ninguna máquina que pueda hacer el trabajo de un hombre extraordinario.

El fuego prueba el oro; la miseria los hombres fuertes.

Lo que defiende a las mujeres es que piensan que todos los hombres son iguales, mientras que lo que pierde a los hombres es que piensan que todas las mujeres son diferentes.

La fe engaña a los hombres, pero da brillo a la mirada.

Los hombres viven del olvido; las mujeres, de recuerdos.

Cuanto más conozco a los hombres, menos los quiero; si pudiese decir otro tanto de las mujeres me iría mucho mejor.

Las mujeres comunes saben más de hombres que las mujeres hermosas. Pero las mujeres hermosas no necesitan saber de hombres, son los hombres los que tienen que saber de mujeres hermosas.

La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los consuela de lo que son.

El hombre embrutecido por la superstición es el más vil de los hombres.

Yo soy libre solamente en la medida en que reconozco la humanidad y respeto la libertad de todos los hombres que me rodean.

Al hombre de cada siglo le salva un grupo de hombres que se oponen a sus gustos.

Ciertos hombres de mal corazón creen reconciliarse con el cielo cuando dan una limosna.

El arte es uno de los medios de comunicación entre los hombres.

Adoro los placeres sencillos; son el último refugio de los hombres complicados.

La edad de oro retorna a los hombres cuando, aunque solo sea momentáneamente, se olvidan del oro.

No es bueno que los hombres sepan hasta que punto somos buenos.

El ejemplo es una lección que todos los hombres pueden leer.

A algunos hombres los disfraces no los disfrazan, sino los revelan. Cada uno se disfraza de aquello que es por dentro.

Entre dos hombres iguales en fuerza, el más fuerte es el que tiene la razón.

No hay accidente, por desgraciado que sea, del que los hombres hábiles no obtengan provecho.

Renunciar a nuestra libertad es renunciar a nuestra calidad de hombres, y con esto a todos los deberes de la humanidad.

El infierno y el paraíso me parecen desproporcionados. Los actos de los hombres no merecen tanto.

Lo que ciertos hombres perdonan más difícilmente a una mujer es que se consuelen de haber sido burladas por ellos.

Cuanto más se acerca uno a los grandes hombres, más cuenta se da de que son hombres.