Frases para los que se creen superiores

Sonreímos cuando tenemos conciencia de ser superiores a lo que nos creen

Las personas más insoportables son los hombres que se creen geniales y las mujeres que se creen irresistibles.

Solo hay dos clases de personas coherentes: los que gozan de dios porque creen en él y los que sufren porque no le poseen.

Muchas personas creen que cuando han superado un error ya no necesitan volver a enmendarlo.

Las personas no están jamás tan cerca de la estupidez como cuando se creen sabias.

Para llegar a los grados superiores del poder, abandonar sus grados inferiores.

Cuando perdonamos nos hacemos superiores a nosotros mismos.

Los viejos lo creen todo; los adultos todo lo sospechan; mientras que los jóvenes todo lo saben.

Por lo general, los hombres creen fácilmente lo que desean.

Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan.

Es una venganza a veces el diablo toma sobre los virtuosos, que él los atrapa por la fuerza de la misma pasión que han suprimido y se creen superiores a.

Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud.

Yo tengo mucho cuidado con los pensamientos de orgullo propio porque conozco a tantos idiotas que se creen los reyes del corso que quien me asegura a mi que no soy uno mas de ellos.

Aquellos que anuncian que luchan en favor de Dios son siempre los hombres menos pacíficos de la Tierra. Como creen percibir mensajes celestiales, tienen sordos los oídos para toda palabra de humanid...

Muchos creen que tener talento es una suerte; nadie que la suerte pueda ser cuestión de tener talento.

Las personas afortunadas se corrigen poco: Creen tener siempre razón mientras la fortuna sostiene su mala conducta.

Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien.

Los novelistas y los editores creen que una novela es más importante que un cuento. No les creas. Solo es más larga.

El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños.

Muchos no creen en nada, pero temen a todo. .

Quienes creen que el dinero lo hace todo terminan haciendo todo por dinero.

Creen que no pasará nada porque cerraron la puerta.

Ciertos hombres de mal corazón creen reconciliarse con el cielo cuando dan una limosna.

Al oír un eco muchos creen que el sonido proviene de él.

Los hombres pueden dividirse en tres clases: los que creen ser donjuanes, los que creen haberlo sido y los que creen haberlo podido ser, pero no quisieron.

Algunos llaman razonamiento a encontrar argumentos para seguir creyendo lo que creen.

Aquellos que creen que lo saben todo nos fastidian a los que realmente lo sabemos.

No os fiéis de quienes dicen que no creen en nada; o son unos pobres de espíritu, o seres incapaces de una sola noble acción

Con el nombre de dios creen poder establecer la fraternidad entre los hombres, y al contrario, crean el orgullo, el desprecio, siembran la discordia, el odio, la guerra, fundan la esclavitud.

El presidiario sabe perfectamente que es un prisionero, que es un réprobo, y conoce la distancia que le separa de sus superiores; pero ni estigmas ni cadenas le harán olvidar que es un hombre.

No es la fuerza, sino la perseverancia de los altos sentimientos la que hace a los hombres superiores

Los americanos aun creen en una America donde todo es posible. Ellos solo no creen que sus líderes lo hacen.

No son los dos sexos superiores o inferiores el uno al otro. Son, simplemente, distintos.

Las naturalezas inferiores repugnan el merecido castigo; las medianas se resignan a él; las superiores lo invocan.

Cuando los hombres prometen a una mujer que la amarán siempre suponen a su vez que ellas les promenten ser siempre amables; si ella falta a su palabra, ellos no se creen obligados por la suya.

Los hombres creen buscar sinceramente el reposo, y en realidad no buscan sino agitación.

No creáis nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo creen; creedlo después de someterlo al dictamen de la razón y a la voz de la conciencia.

Muchas cosas me admiran en este mundo: esto prueba que mi alma debe pertenecer a la clase vulgar, al justo medio de las almas; solo a las muy superiores, o a las muy estúpidas, les es dado no admirar...

Nunca pensé en perder, pero ahora que ha pasado, la única cosa es hacer las cosas bien. Esa es mi obligación para todas las personas que creen en mí. Todos tenemos que tener derrotas en la vida.

Para aquellos que creen, ninguna prueba es necesaria. Para aquellos que no creen, ninguna cantidad de pruebas es suficiente