Versos para dar los buenos dias ( 4 )
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No se recuerdan los días, se recuerdan los momentos.

Hasta los sentimientos buenos, si se exaltan en demasía, son capaces de conducirnos a errores deplorables.

Siempre he sentido que hay algo en Buenos Aires que me gusta. Me gusta tanto que no me gusta que le guste a otras personas. Es un amor así, celoso.

¡Ojalá vivas todos los días de tu vida!

Las horas del muchacho son más largas que los días del viejo.

Si hacemos el bien por interés, seremos astutos, pero nunca buenos.

La monogamia es como estar obligado a comer papas fritas todos los días.

No es bueno que los hombres sepan hasta que punto somos buenos.

Dijo Platón que los buenos son los que se contentan con soñar aquello que los malos hacen realidad.

Lo peor que hacen los malos es obligarnos a dudar de los buenos.

No es preciso tener muchos libros, sino tenerlos buenos.

La mujer adora al hombre igual que el creyente adora a Dios; pidiéndole todos los días algo.

Días de trabajo, únicos días en los que he vivido.

Aprueba a los buenos, tolera a los malos y ámalos a todos.

Si alguna de vuestras mujeres ha cometido adulterio, encerradla en vuestra casa hasta que la muerte haya puesto fin a sus días.

Los ancianos gustan de darnos buenos preceptos para consolarse de no poder darnos malos ejemplos.

Lo único que necesitamos para convertirnos en buenos filósofos es la capacidad de asombro.

Cada vez que un hombre ríe, añade un par de días a su vida.

Los buenos profesores son caros, pero los malos lo son todavía más.

El huésped y el pez, a los tres días hieden.

Días de mucho, vísperas de nada.

No basta trabajar, es preciso agotarse todos los días en el trabajo.

El poder conseguido por medios culpables nunca se ejercitó en buenos propósitos.

En los mejores días del arte no existían los críticos del arte.

Siempre es bueno dar consejos, pero darlos buenos es fatal.

Los buenos terminan felices; los malos, desgraciados. Eso es la ficción.

Vive todos los días, una vida legendaria.

Cuando estamos sanos, todos tenemos buenos consejos para los enfermos.

No recordamos días, recordamos momentos.

Mi salvación fue leer, leer los buenos libros, refugiarme en esos mundos donde vivir era exaltante, intenso, una aventura tras otra, donde podía sentirme libre y volvía a ser feliz

Has tratado de comprarla (la suerte) con ochenta y cuatro días en el mar. Y casi estuvieron a punto de vendértela.

A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires, la juzgo tan eterna como el agua y como el aire.

El buen marido ama el hogar, como los buenos marinos aman el mar: a pesar de las tormentas.

El instinto es un consejero leal; en tanto que la pedantería es un aire mefítico que ahoga los buenos sentimientos

Los poetas inmaduros imitan; los poetas maduros roban; los malos estropean lo que roban, y los buenos lo convierten en algo mejor.

Las experiencias que más te enseñan son las de todos los días

La falsa utopía de un mundo perfecto se hundió hace unos días en un baño infecto.

Quienes de veras aman a Dios, todo lo bueno aman, todo lo bueno favorecen, todo lo bueno lo dan, con los buenos se juntan siempre y los favorecen y defienden.
No planeo morir por ninguna causa —dijo Jim Bowie—. Ni por ningún hombre, excepto por mí mismo. Sé que eso no es noble, pero prolonga mis días, lo cual ya es filosofía suficiente para mí.

La felicidad hace buenos incluso a los malos.