Frases cortas de tristeza por amor ( 87 )
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Nunca tuve más religión que un cuerpo de mujer.
Odiar a alguien es otorgarle demasiada importancia.
La puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un poco para abrirla: si uno la empuja, la cierra cada vez más.
Es más fácil quedar bien como amante que como marido; porque es más fácil ser oportuno e ingenioso de vez en cuando que todos los días.
Quien no tiene enemigos, tampoco suele tener amigos.
Puede uno amar sin ser feliz; puede uno ser feliz sin amar; pero amar y ser feliz es algo prodigioso.
El hombre tiene corazón, aunque no siga sus dictados.
El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son.
Mi corona está en el corazón, no en mi cabeza.
La esperanza es un estimulante vital muy superior a la suerte.
El odio es una tendencia a aprovechar todas las ocasiones para perjudicar a los demás.
Aquél que tiene fe no está nunca solo.
La desesperación infunde valor al cobarde.
Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo, se muestra superior a él.
El dolor silencioso es el más funesto.
La desconfianza es la madre de la seguridad.
No hay amores viles, sino físicos, y no constantes, y hay otros amores estables.
De no estar tú, demasiado enorme sería el bosque.
Un hombre y una mujer verdaderamente enamorados es el único espectáculo de este mundo digno de ofrecer a los dioses.
El arte de la vida es el arte de evitar el dolor.
Cuando no se ama demasiado no se ama lo suficiente.
Castiga a los que te envidian haciéndoles el bien.
Aquello que sale del corazón, lleva el matiz y el calor de su lugar de origen.
La venganza más cruel es el desprecio de toda venganza posible.
El aburrimiento no puede existir donde quiera que haya una reunión de buenos.
Besos que vienen riendo, luego llorando se van, y en ellos se va la vida, que nunca más volverá.
El aburrimiento es la explicación principal de por qué la historia está tan llena de atrocidad.
De cualquier manera, la sensación de enamorarse solo se desarrolla con respecto a las mercaderías humanas que están dentro de nuestras posibilidades de intercambio.
El dolor es más fuerte entre los más fuertes. Como el cáncer.
Los celos son la icteria del alma.
El signo más evidente de que se ha encontrado la verdad es la paz interior.
La buena vida consiste en amar y hacerse amar suficiente.
Vivimos en el mundo, cuando lo amamos.
La corona real no quita el dolor de cabeza.
Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera.
No ser nada y no amar nada, es lo mismo.
Los amores son como las setas,que no sabe uno si son venenosas hasta que ya las ha comido y es demasiado tarde.
Solamente pueden consolar al triste la razón y el trabajo honesto.
¿beso? un truco encantado para dejar de hablar cuando las palabras se tornan superflúas.
El ocaso de una gran esperanza es como el ocaso del sol: con ella se extingue el esplendor de nuestra vida.
