Frases de mujeres para hombres ( 48 )
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El ejemplo es una lección que todos los hombres pueden leer.

Se dice que las mujeres son vanidosas por naturaleza; es cierto, pero les queda bien y por eso mismo nos agradan más.

A algunos hombres los disfraces no los disfrazan, sino los revelan. Cada uno se disfraza de aquello que es por dentro.

Cuando un hombre se echa atrás, solo retrocede de verdad. Una mujer solo retrocede para coger carrerilla.

Entre dos hombres iguales en fuerza, el más fuerte es el que tiene la razón.

No hay accidente, por desgraciado que sea, del que los hombres hábiles no obtengan provecho.

Renunciar a nuestra libertad es renunciar a nuestra calidad de hombres, y con esto a todos los deberes de la humanidad.

El infierno y el paraíso me parecen desproporcionados. Los actos de los hombres no merecen tanto.

Cuanto más se acerca uno a los grandes hombres, más cuenta se da de que son hombres.

La parte más filosófica de las historia es hacer conocer las tonterías cometidas por los hombres.

Hermanos, no temáis al pecado de los hombres; amad al hombre aún en su pecado, pues un tal amor aseméjase a Dios.

Pocos son entre los hombres los que llegan a la otra orilla; la mayor parte corre de arriba a abajo en estas playas.

Los creyentes de todas las religiones, junto con los hombres de buena voluntad, abandonando cualquier forma de intolerancia y discriminación, están llamados a construir la paz.
Dios ha creado al hombre como una animal sociable, con la inclinación y bajo la necesidad de convivir con los seres de su propia especie, y le ha dotado, además, de lenguaje, para que sea el gran in...

Las mujeres son como los caballos: hay que hablarles antes de ponerles las bridas.

La razón o el juicio es la única cosa que nos hace hombres y nos distingue de los animales.

Sin duda, no hay cacería como la caza de hombres y aquellos que han cazado hombres armados durante el suficiente tiempo y les ha gustado, en realidad nunca se interesarán por nada más.

Nada revela mejor el carácter de los hombres que una burla tomada a mal.

La tarea que enfrentan los devotos de la no violencia es muy difícil, pero ninguna dificultad puede abatir a los hombres que tienen fe en su misión.

Entristécete no porque los hombres no te conozcan, sino porque tú no conoces a los hombres.

Solo las mujeres y los médicos saben cuán necesaria y bienhechora es la mentira.

La mayoría de los hombres emplean la mitad de su vida en hacer miserable la otra.

Los solteros saben más acerca de las mujeres que los casados; si no fuese así, ellos también lo estarían.

En las grandes cosas los hombres se muestran como les conviene mostrarse. En las pequeñas como son.

La fuerza no puede jamás persuadir a los hombres; solo logra hacerlos hipócritas.

Todos los hombres son sabios; unos antes, los otros, después.

Es cierto que el amor conserva la belleza y que la cara de las mujeres se nutre de caricias, lo mismo que las abejas se nutren de miel.

Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los cómos.

De hombres es equivocarse; de locos persistir en el error.

Los hombres son criaturas muy raras: la mitad censura lo que practica; la otra mitad practica lo que censura; el resto siempre dice y hace lo que debe.

Diferentes en la vida, los hombres son semejantes en la muerte.
mi alma y mi mente están pendientes todo el tiempo de ti si tu me miraras solo un instante harias a mi corazon sonreir...
me duele solo pensar que con migo no estas si te tuviera solo un segundo par...

Estoy dispuesto a reconocer la superioridad de la mujer con tal de no admitir su igualdad con los hombres.

Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol.

Los hombres son absurdos, se entretienen en trazar rompecabezas con las cosas del cielo, como si no tuvieran bastantes quebraderos de cabeza aquí en la tierra.

Aunque los hombres se vanaglorian de sus grandes obras, frecuentemente no son estas el resultado de un noble propósito, sino efecto del azar.

La naturaleza vuelve a los hombres elocuentes en las grandes pasiones y en los grandes intereses.

Los madrileños se acercan al circo a ver un animal tan bueno como hostigado, que lidia con dos docenas de fieras disfrazadas de hombres.

No es en los hombres, sino en las cosas mismas, donde es preciso buscar la verdad.

Es cosa admirable que todos los grandes hombres tengan siempre alguna ventolera, algún granito de locura mezclado con su ciencia.